Escrito por Mara Gaudette, MS, Consejera Genética,
Antiguamente de Northwestern University;
Actualizado en noviembre de 2004 por Lisa Dellefave;
Actualizado en abril de 2008 por Sandra Donkervoort, MS, Consejera Genética
Última actualización: Febrero de 2011
R. La ELA es directamente hereditaria solamente en un pequeño porcentaje de familias. La mayoría de los pacientes con ELA que contraen la enfermedad en la edad adulta (90%) no tiene un historial familiar de ELA, y ésta se presenta en casos aislados. A esto se le llama ELA esporádica (ELAE), y a pesar de que es muy probable que exista cierta predisposición genética, la ELAE no se hereda directamente en una familia. Se dan raras excepciones cuando la ELA familiar (ELAF) se enmascara debido a un historial familiar incompleto, por ejemplo si el paciente es adoptado o sus padres murieron a una edad temprana. El 10% restante de personas con ELA tiene un segundo familiar cercano con ELA, lo cual se conoce como ELA familiar (ELAF).
En la actualidad, la mejor herramienta para distinguir entre la ELAF y la ELAE es el historial familiar. Un neurólogo o consejero genético preguntará si alguien más ha sido diagnosticado alguna vez con ELA, y si alguien más de la familia tuvo problemas progresivos al caminar o hablar. De ser así, con toda probabilidad hará preguntas adicionales para ver si los problemas de salud estuvieron relacionados con la ELA o con diversas causas de otra índole. También averiguará las edades a las que hayan fallecido los familiares de la persona, para ver si algún pariente cercano murió a temprana edad, y por el cual no se disponga de un largo historial de salud. Es muy común tener información limitada sobre la familia de uno, pero la mayoría de las familias pueden sentir alivio, ya que la mayoría de los casos de ELA no son hereditarios. Los parientes de edad avanzada a menudo son buenas fuentes de información sobre el historial familiar, y con frecuencia se puede obtener expedientes médicos con ayuda de un formulario de divulgación médica de un hospital.
R. Para responder a esta pregunta, es útil repasar información de antecedentes genéticos en lo concerniente a la ELAF. Toda célula del cuerpo humano contiene genes. Los genes tienen muchas funciones. Algunos genes contribuyen a características como el color de ojos y pelo, mientras que otros genes son responsables de la elaboración de proteínas que determinan la manera en que nuestro cuerpo circula sangre o envía señales nerviosas a los músculos. Cuando un gene es afectado por un cambio en su secuencia (lo cual se conoce como una mutación genética), el gene no puede funcionar correctamente.
Los genes están contenidos en los cromosomas. Los cromosomas se presentan en pares. Por lo tanto, los genes que residen dentro de los cromosomas también están presentes en pares. De cada par de cromosomas, uno de ellos se hereda de la madre y uno del padre. Tenemos 23 pares de cromosomas, lo que arroja un total de 46 cromosomas. Los primeros 22 pares son los cromosomas numerados que hombres y mujeres tienen en común. Solamente el par 23 difiere entre hombres y mujeres, ya que este par de cromosomas constituye el sexo de la persona; típicamente, las mujeres tienen dos cromosomas X y los hombres tienen uno X y uno Y.
Existen por lo menos 3 diferentes series hereditarios de la ELAF. La serie hereditaria más común de la ELAF se conoce como dominante autosómico. Autosómico significa que existen las mismas probabilidades de que un hombre o una mujer hereden la mutación genética de la ELAF debido a que el gene se localiza en un cromosoma numerado que hombres y mujeres tienen en común. Dominante se refiere al hecho de que una persona solamente necesita que un gene tenga una codificación mutante de la ELAF para correr un mayor riesgo de contraer ELA; por lo que alguien que tenga ELAF tendría un gene con una mutación y un gene sin ninguna mutación. Por lo tanto, un hijo nacido de alguien que tenga ELAF tiene un 50% de probabilidades de heredar la mutación genética de la ELAF y, a la inversa, un 50% de probabilidades de no heredar la mutación genética de la ELAF. La probabilidad de 1 en 2, o del 50%, proviene del hecho de que los padres heredan al azar sólo un elemento del par de genes, de modo que se transmitirá o bien el gene con la mutación o el gene sin la mutación. A pesar de que los padres a menudo se sienten responsables de la salud de sus hijos, ellos no tienen ningún control sobre qué gene heredarán a sus hijos, al igual que sus padres no tuvieron ningún control sobre qué gene transmitieron a sus hijos. También es importante recordar que el heredar el gene de la ELAF de ninguna manera garantiza que una persona desarrollará síntomas de ELA. Si una persona no hereda la mutación genética de la ELA, la misma no podrá transmitirla a sus hijos.
Actualmente se conocen cuatro genes que se encuentran en la ELAF. Aproximadamente el 15% es causado por mutaciones en el gene SOD1, y un 3% a 4% de casos adicionales se deben a variantes patogénicas en el gene TDP-43 o en el gene FUS. Por último, una mutación recientemente encontrada en el gene de la proteína que contiene valosina (VCP, por sus siglas en inglés) es responsable de algunos casos de ELAF.
R. Sí, aunque las pruebas genéticas todavía son limitadas en la ELAF. El gene SOD1 está integrado por cinco regiones llamadas exones. Si imaginamos que nuestro material genético es una serie de letras que en conjunto integran un libro de instrucciones para el cuerpo humano, el gene SOD1 es un capítulo y está compuesto de 5 páginas diferentes. La función normal del gene SOD1 es desintoxicar sustancias llamadas radicales libres, las cuales pueden ser dañinas para las células. Se cree que cambios en el gene SOD1 crean una nueva función, aún no definida, que resulta tóxica para las neuronas motoras. Con mucha frecuencia, los cambios en el gene SOD1 se heredan de una manera dominante autosómica.
Existen pruebas genéticas prenatales para encontrar una mutación del gene SOD1. Los pacientes y sus familias deben comunicar sus preguntas e inquietudes a su neurólogo y a su consejero genético para obtener más información acerca de este asunto complejo y personal.
Debe tomarse en cuenta que la mayoría de las familias con ELAF (80%) no sufrirán ningún cambio en el gene SOD1 y, por lo tanto, una prueba del gene SOD1 normal no obtendrá mucha información como resultado en una familia en la que no se haya identificado un cambio en el gene SOD1 de. A pesar de que investigadores están buscando diligentemente otros genes, en este momento no existe ninguna otra prueba genética que se pueda ofrecer a las familias que no tengan cambios en el gene SOD1. Por lo tanto, la determinación de que una persona tiene ELAF se basa típicamente en el historial familiar y no en una prueba genética.
R. No. Como la vasta mayoría de los pacientes no tienen el tipo hereditario de ELA, el diagnóstico de ELA no se determina por una prueba genética. En lugar de ello, un neurólogo emite un diagnóstico después de examinar los síntomas de una persona, realizar un examen neurológico y ver los resultados de pruebas de funciones nerviosas y musculares. Clínicamente, la ELAF y la ELAE son básicamente idénticas.
R. Todo el que tenga síntomas de ELA, además de un historial familiar de ELA, por ejemplo un padre, abuelo, tío o hermano con ELA. Además, si se desconoce el historial familiar de una persona o sus padres fallecieron a temprana edad, también sería apropiado llevar a cabo pruebas. Sin embargo, sólo aproximadamente el 2% de todos los pacientes con ELA tendrán un cambio en el gene SOD1. A los pacientes con ELA que carezcan de historial familiar también se les puede ofrecer pruebas genéticas, pero es extremadamente importante que esto se haga en el contexto de recibir asesoría genética o por medio de conversaciones con un neurólogo acerca de la implicación de encontrar una mutación, ya que una mutación significaría que la ELA es ahora hereditaria en una situación aparentemente esporádica.
R. Una prueba positiva significa que se ha identificado la causa genética de la ELAF. Investigadores han desarrollado un modelo con ratones con el mismo cambio genético, para poder comprender mejor la manera en que un cambio en el gene SOD1 puede ocasionar síntomas de ELA. En la actualidad, se están intentando nuevas terapias en este modelo con animales, con el objeto de hacer más lento o detener el avance de la ELA. Aunque todavía está muy lejos de lograrse, también se está investigando una terapia genética para corregir el cambio genético que ocurre. Por el momento, una prueba positiva no cambia el tratamiento médico y podría o no producir información sobre el pronóstico. A pesar de que el historial familiar podría ya establecer un factor hereditario, una persona podría sentirse todavía más abrumada al enterarse de que porta una mutación en el gene SOD1 y podrían volver a aflorar preocupaciones sobre los hijos. Otros prefieren tener este conocimiento y podrían sentirse consolados de que haya tanta investigación dirigida específicamente a la ELA causada por cambios en el gene SOD1.
Una prueba negativa significa únicamente que no se ha identificado una causa genética de la ELA. No obstante, esto no descarta la ELA familiar, ya que existen otros genes todavía no identificados que causan ELA en 80% de las familias con ELAF.
R. Esta situación se conoce como pruebas presintomáticas. La decisión de someterse a pruebas genéticas presintomáticas es sumamente personal y a menudo integrantes de la misma familia estarán en desacuerdo respecto a si someterse a dichas pruebas. Sin embargo, para que la prueba sea significativa, primero necesitaría encontrarse un cambio genético en el gene SOD1 en un familiar afectado con ELA. Cuando no se identifica un cambio en el gene SOD1 en una persona sintomática, no se ofrecen pruebas genéticas presintomáticas para otros familiares, debido a que la ELA es causada por un gene no identificado y por lo tanto no se pueden hacer pruebas para detectar el mismo.
Los beneficios de las pruebas genéticas presintomáticas en la ELA están limitados por la ausencia de tratamientos preventivos, la incapacidad de predecir la edad a la que alguien que porte un gene contraerá la ELA, o incluso si un portador del gene definitivamente contraerá ELA. Debido a que un resultado de una prueba presintomática tanto negativo como positivo en una familia que se sepa que tiene una mutación en el gene SOD1 podría tener un gran impacto emocional, normalmente se requiere asesoría genética y psicológica antes de someterse a tales pruebas (típicamente se sigue un protocolo de pruebas genéticas presintomáticas). Las personas a menudo consideran cómo afectaría su vida el saber que heredaron o no la predisposición genética, a quién le informarían de los resultados y cómo podrían cambiar sus relaciones dependiendo de los resultados.
A menudo, las personas que se enteran de que no portan la mutación del gene SOD1 sienten un gran alivio, aunque en ocasiones podrían preguntarse por qué ellas se escaparon mientras que otro familiar no. Podrían lamentar decisiones tomadas en el pasado en la presunta situación riesgosa, o tener dificultad para liberarse de esa parte de su identidad. Enterarse de que uno sí porta la predisposición genética generalmente es más difícil y la persona podría necesitar apoyo profesional continuo. La ambigüedad no se elimina por completo, ya que la pregunta podría cambiar de ¿porto el gene? a ¿desarrollaré síntomas? o ¿cuándo tendré síntomas? Los vínculos familiares y amistosos podrían fortalecerse. Sin embargo, si las compañías de seguros o empleadores se enteran de las pruebas, existiría la preocupación sobre cualquier cobertura médica futura. Un consejero genético puede analizar más a fondo las implicaciones que conllevan las pruebas presintomáticas.
R. Se toma una muestra de sangre y se envía a un laboratorio especializado, donde se elimina el material genético, también llamado ADN. Técnicas especiales de laboratorio permiten reproducir el gene SOD1 que luego se somete a prueba. Una forma de análisis es colocar la muestra en gel para generar una serie de bandas. Si existe un cambio genético, las bandas estarán en un lugar diferente comparado con una muestra de control, del cualse sepa que no tiene un cambio genético en el gene SOD1. A este método se le llama polimorfismo de conformación de una sola hebra (SSCP, por sus siglas en inglés). También podría usarse otro método llamado secuenciación, que se utiliza ya sea para la prueba inicial o para confirmar los resultados. En la secuenciación se puede ver el ADN en una escala más pequeña, ya que se muestran las letras reales del "libro de instrucciones" para poder ver los cambios.
R. Debido a que hay que examinar cinco partes diferentes del gene SOD1, la prueba generalmente toma de 2 a 3 meses. El costo es de aproximadamente $300 a $500 dependiendo del laboratorio clínico que realice la prueba.
Para obtener más información, contacte a:
Lisa Kinsley, MS
Consejera Genética
Programa de Trastornos Neuromusculares
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